ixhua
Paleografía:
Grafía normalizada:
ixhua
Traducción uno:
Dios del siglo primero
Traducción dos:
dios del siglo primero
Diccionario:
Alarcón
Contexto:
§ §
Por este delito he presso y castigado muchos yndios y indias, aunque hecho compunto (¿?), ha sido mas mugeres que hombres; y se hallan en muchas prouinçias estos sortilegos, porque por el nombre de adiuinos son mui estimados y son muy regalados, y muy bien proueidos de lo neçessario, y como el officio no les cuesta dineros, sino solo tomar de memoria el conjuro del sortilegio y con esso deçir que saben mucho, y que no ay cosa que se esconda de su çiençia, facilmente entran en el officio, y con mayor façilidad de la execuçion y el prouecho çierto que en ello tienen, y porque si nuestros peccados açertó el pronostico vna uez, lo que muchas veces sucede a cualquiera que tiene buen discurso, queda con eso tan opinado, que no solo vndios, sino españoles tambien los consultan, como auerigue en el pueblo de Yautepec del Marquesado, donde fue vna muger a consultar a una sortilega destas sobre alguna ropa que le auian hurtado, y quiso Ntro. Señor que la que otras uecez auian açertado errase entonçes hechando la culpa a quien no la tenia, conque uino el caso a mi notiça, y el santo offiçio castigó a la muger consultante.
(V, 1 Del sortilegio de las manos, (339))
§ §
(VI, 8 Cura del dolor de dientes, o muelas, )
§ §
Con esto queman la muela y el diente que duele con vna gota ardiendo del dicho copal, que de suyo con la actiuidad del fuego basta para amortiguar el dolor, y ellos lo atribuyen a las palabras.
(VI, 8 Cura del dolor de dientes, o muelas, (413))
§ §
(VI, 9 Cura del dolor debajo del oido, o en la quixada, )
§ §
(VI, 10 De la garganta hinchada, )
§ §
Dicho este conjuro le sopla con el aliento la cabeça quatro veçes como suelen haçer los saludadores en Castilla, en lo qual se note: lo uno, lo mucho que procura el demonio imitar las ceremonias de la iglesia, lo segundo, como es superstiçioso entre los indios el numero de quatro, aludiendo a su tradiçion de la gentilidad a la fabula del sol, o ya porque el demonio remeda la sagrada escriptura en el numero de quatro por la generalidad que en el se contiene, o porque por su soberuia añide uno al numero de tres tan misterioso entre los christianos; sease lo que se fuere, siempre obseruan en sus superstiçiones este numero de quatro.
(VI, 4 Del tratado de las curas supersticiosas, y primero de la cabeza, (399))
§ Tlacuel, tla xihualhuian macuiltonalleque, cemithualeque, in tiquato, in ticaxoch. Ac tlacatl, ac mahuiztli in ye quitlacohua in tomacehual. Nomatca nehuatl, nitlamacazqui, ninahualtecutli: teoatentli ica tic-huitequizque, teoatentli ica ticmotlazque. §
Pues aduertiendo lo que tengo ya dicho en otras partes del nombre de tiçitl, que es sospechoso, los tales so capa de que saben curar, vsan de sus modos de superstiçion, y muchas veçes passa a echiceria y pacto con el demonio: llamados para el dolor de cabeza, lo que hazen es apretar con las manos la cabeza doliente, y esto hazen a todo genero de dolor, y apretandola diçen este conjuro: Ea ya, acudid los de los cinco hados (los dedos), que todos mirais haçia vn lado, y vosotras diosas quato, y caxoch. Quien es el poderoso y digno de veneraçion que ya destruye a nuestro bassallo? Yo soi el que hablo, el sacerdote, el prinçipe de encantos, por tanto hemos de dar con el (o con ello) en la orilla del mar y hemos de arrojallo en ella.
(VI, 4 Del tratado de las curas supersticiosas, y primero de la cabeza, (395))
§ §
Con esto dan por rematada esta cura atribuyendo la virtud della al conjuro y a su aliento, como hazen en los demas.
(VI, 7 La cura de los oidos que duelen, (411))
§ §
Diciendo este conjuro siempre le está apretando las sienes y en acabando el conjuro le da con su aliento en la cabeza a modo de saludar, y con esto dice queda hecha la cura.
(VI, 4 Del tratado de las curas supersticiosas, y primero de la cabeza, (396))
§ §
Y con esto dan por hecha la cura.
(VI, 6 Otros modos de curar los ojos, (409))
§ §
De este sortilegio vsaba entre otros Ana Maria, muger de Gaspar de Morales, en el Marquesado, en el pueblo de Xoxouhtla, y no me alargo mas en el por ser en todo conforme a los precedentes aunque de menos substantia, siendo todos de ninguna.
(V, 6 Del sortilegio del maiz en el agua, (368))
§ §
Esta cura la reduçen estos miserables a dos cosas: la primera en apretar la hinchaçion con los dedos untados, con lo que luego dire; la segunda es la virtud y fuerça que atribuien a sus supersticiosos conjuros.
(VI, 10 De la garganta hinchada, (416))
§ §
Hechas las quatro insuflaçiones dan por conclusa la cura, sane o no sane, porque ni saben dar raçon del si ni del no, embaucados con el embeleço del encanto por el ardid del demonio.
(VI, 4 Del tratado de las curas supersticiosas, y primero de la cabeza, (400))
§ §
(VI, 7 La cura de los oidos que duelen, )
§ §
(VI, 5 Cura supersticiosa de los ojos, )
§ §
Dicho este conjuro le da con el agua fria en los ojos, y como los que padecen de ordinario tienen los ojos hechos fuego, con el frio del agua sienten aliuio y attribuyen el effecto al falso encanto, brutos y sin discurso a las misericordias del Señor.
(VI, 5 Cura supersticiosa de los ojos, (402))
§ §
(VI, 6 Otros modos de curar los ojos, )
§ §
(VI, 1 De los que llaman en la lengua ticitl quiere decir medico o adiuino, )
§ §
Como los yndios son de todo punto ygnorantes de la sçiencia de la medicina, toda ella la reducen a superstiçion, y ora pertenesca a çirugia ora a mediçina, toda la incluyen en casi vn modo de superstiçion, y auiendo de tratar desta materia me pareçio que tendría mas claridad y distinçion si guardase en ella el orden de los miembros al cuerpo humano, empeçando desde la cabeza, discurriendo por los ojos, oydos y los demas; y despues de las curas que perteneçen a las enfermedades de todo el cuerpo, como son calenturas, &c.
(VI, 4 Del tratado de las curas supersticiosas, y primero de la cabeza, (394))
§ §
Desto vsaba entre otros Françisca Juana, muger de Juan baptista, del pueblo de Mescaltepec. Dicho este conjuro sahuma el niño con el copal y fuego conjurado, y con esto afirman que le boluio su tonal y genio, y que está perfectamente sano, y lo peor es que lo creen.
(VI, 3 Del remedio que vsan para lo que dicen reconciliar, (393))
§ §
En esta Nueva España, como en todas las demas nasciones gentilicas, tuvieron y aun por nuestros pecados oy dia tienen en gran veneracion al sol, aziendolo como si fuera Dios.
(I, 10 Del fundamento que tienen los indios para adorar el sol, (148))
§ §
Con esto dan fin a esta cura y ficcion fundada en la falsedad de la fabula gentilien (¿?) referida al principio deste capitulo, y yo con ella este tratado.
(VI, 32 Para contra la herida y ponzoña del alacran, (518))
§ §
De lo referido se informan los ministros de doctrina para disuardir a los indios tan grandes engaños y enseñarlos con paciencia, desengañandolos como no ay transformaciones, y como los animales obran naturalmente y no con actos libres, y los demonios no pueden exceder de lo que Dios Ntro. Señor les permite, aduirtiendolos como los cometas son efectos naturales, y lo mismo los eclipsis, y para esto postrero, sera de mucha consideracion antes que sucedan los eclipsis, preuenirlos diciendoselos, y rogando a Ntro. Señor les abra los ojos del entendimiento para conocer muy de veras y abrazar las verdades catolicas.
(I, 9 De otras supersticiones y abusos que en España llaman ahueros, (147))
§ §
(I, 4 De la adoracion y sacrificio que hasian en los cerros a los ydolos, y montones de piedras por los caminos que estan señalados hasta hoy, )
§ §
Otro modo de ydolatria, sacrificio de si mesmos, vsaban y en algunas partes se a visto aora, y es el que hazían en las cumbres de los cerros y lomas altas, cuyos caminos vemos oy tan señalados como si fuessen caminos para carroças, que assi los devian de abrir antiguamente, que suben derechos hazia lo alto, y van a parar en algun monton de piedras o cerro dellas donde ellos hazian su adorazion, sacrificio y plegarias, y el modo que tenian he sabido agora muy por estenso de don Baltasar de Aquino, indio cacique viejo y el mas antiguo de todo mi beneficio, que lo refirio assi.
(I, 4 De la adoracion y sacrificio que hasian en los cerros a los ydolos, y montones de piedras por los caminos que estan señalados hasta hoy, (70))
§ Nican nitlachixtica nixomoco nihuehue nicipac nitonal §
Era el tal viejo, tan obedecido y temido, que ninguno se escusaua de yr al lugar que le señalaua por trabajoso que fuesse. Y si se le escusaua refieren que le daria con el palo y aunque lo matasse no tenia pena, ni le harian al tal viejo molestia alguna, porque todo este negocio era tenido y estimado por cosa diuina y dedicada a los dioses, y assi hablaua y mandaua el tal viejo como hombre de superior esfera, de ciencia rebelada y conocimiento profetico, y assi dezia a los peregrinos al tiempo de partirse, que el quedaua viendo todo sus suscesos, passos y hechos, y assi dezia: Aqui te quedo mirando yo, el de ciencia superior, el diestro, ansiano y casi dirimos (¿?), como si dixera Ego vir videm.:
(I, 4 De la adoracion y sacrificio que hasian en los cerros a los ydolos, y montones de piedras por los caminos que estan señalados hasta hoy, (77))
§ §
(VI, 4 Del tratado de las curas supersticiosas, y primero de la cabeza, )
§ §
Acabado este encanto y conjuro, ostentando que ya hallaron el tonal tratan de retituirlo al niño, lo qual hazen comunmente tomando en la boca del agua conjurada y poniendosela al niño en la mollera, o auiendose puesto rostro a rostro con la criatura, le roçian con ella, asombrandolo con el rocio; otras le ponen tambien del agua entre las espaldillas, y con estas ceremonias vanas diçen que le restituyen su tonal y hado y que ya estan sanos, y luego lo prueuan vnos poniendo el rostro sobre el vaso de agua donde lo ven, y a el rostro claro, mayzes, y de la medida de las manos diçen les sale faborable, siendo todos manifiestos embustes, pero bastantes para deslumbrar gente tan simple, pues hasta aora no han aduertido que los suçessos de las tales suertes siempre son a voluntad del que las hecha
(VI, 3 Del remedio que vsan para lo que dicen reconciliar, (391))
§ §
Pues deçendiendo en particular a los embeleços y embustes con que estos que llaman tiçitl embaucan y sacan de juicio a casi toda esta gente como simias de Simon Mago, daremos principio por donde el hombre le torna a la entrada y miserias de la vida que es por el parto.
(VI, 1 De los que llaman en la lengua ticitl quiere decir medico o adiuino, (372))
§ §
Finalmente vsan del sortilegio por donde juzgan la causa de la difficultad del parto, y aunque suelen atribuirla a differentes causas, lo mas ordinario es decir que la tal paciente ha cometido adulterio, y para esto dicen que el remedio es que reciba por clister su misma saliba, y assi lo hacen: en que echa bien de ver la poca estima de la honrra, la temeridad del juicio y la dosonçia (¿?) del remedio.
(VI, 1 De los que llaman en la lengua ticitl quiere decir medico o adiuino, (381))
§ §
Dicho el conjuro y cogido o preparado aquello de que se piensa valer al tiempo del parto, y para facilitarlo, pone a parir la paçiente.
(VI, 1 De los que llaman en la lengua ticitl quiere decir medico o adiuino, (376))
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Esto postrero dicen, porque lo primero que a su juicio se comunica a la criatura es el agua, porque luego en naciendo lo laban. Pero quando el parto es difficultoso, resta saber a que o a quien attribuien la difficultad del parto y que de remedios vsan en aquel peligro.
(VI, 1 De los que llaman en la lengua ticitl quiere decir medico o adiuino, (379))
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(VI, 2 De la cura de los niños que enferman, )
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(VI, 3 Del remedio que vsan para lo que dicen reconciliar, )
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Vengamos ya al hecho y veamos con que autoriçan su embuste. Luego que son llamadas para el dicho efecto, haciendo grandes demostraciones por la enfermedad del niño, para el conoçimiento de la enfermedad y su causa, usan de uno de dos remedios, el vno es el comun, que es el sortilegio de las manos o el del maiz en seco o en agua, como queda dicho, y echada la suerte pronostican lo que se le antoja en quanto a la enfermedad y su causa, y luego para su remedio bueluen a echar la suerte de nueuo, vsando siempre en ellas de las inuocaçiones y conjuros dichos, y en su conformidad aplican el remedio.
(VI, 2 De la cura de los niños que enferman, (384))
§ §
Con esto ponen al niño sobre el agua, y si en ella ven el rostro del niño obscuro, como cubierto con alguna sombra, juzgan por çierta la contrariedad y ausencia de su hado y fortuna, Y si en el agua pareçe el rostro del niño claro, dicen que el niño no está malo o que el achaque es muy ligero, que sanará sin cura, o solo lo zahuman.
(VI, 2 De la cura de los niños que enferman, (386))
§ §
En esta accion bien claro se ve el engaño pues en lo que consiste el juiçio del es mero albedrio del juez: porque la vez que quisiere juzgar al niño enfermo, para ponerle el rostro sobre el agua le pondrá las espaldas a la luz, conque quedando el rostro a la sombra pareçera escuro en el agua, y quando quisiere juzgar el niño sano se pondra el rostro contra la luz, y assi pareçera claro en el agua. Y assi en el dicho juicio no ay mas misterio que la voluntad del juez , si bien interuiniendo pacto con el demonio podra, permitiendolo el Señor, mostrar en el agua lo contrario de lo que deuiera pareçer por consequençia natural, pero dando caso que interuenga el pacto, bien claro se ve que no es consequente parecer el rostro del niño en el agua claro y escuro para juzgar que él esté sano y enfermo, y mucho menos para conoçer qué achaque padese o qual sea la causa de la enfermedad.
(VI, 2 De la cura de los niños que enferman, (387))
§ §
Los que vsan de este sortilegio hazen grandes ademanes al tiempo de la execuçion, preparandose como para algun negoçio muy arduo: aliñandose lo mejor que pueden, ponen delante desa vn vaso algo hondo de agua limpia y luego cogen los granos de maiz con la mano y con grande energia diçen el conjuro y al fin de el tiran los granos en el agua y con mucha prezteça acuden a ver el suçesso para juzgarle: tienen por dichoso aguero que el maiz baje todo a lo hondo del vaso, y al contrario, por desdichado, si sobrenada o queda entre dos aguas, y en esta conformidad lo juzgan
(V, 6 Del sortilegio del maiz en el agua, (366))
§ §
Donde en el conjuro decia: «Luego ahora hemos de ver quien es el que ya mata &ª» Tla tiquitilican, toconitazque ac ye quimictia, &c.; dicen: «Hemos de ver que remedio aprovechará al hijo de los Dioses, si se halla tan bien con la mediçina llamada blanca muger? Tla tiquitilican teteo ipiltzin ahço quinamiquiz, quihuelmatiz in pahtzintli iztac atl[]inan cihuatzintli, &c. (Hija del aguayerva). Si se hallará bien con el espiritado amarillo o con el espiritado verde, &ª, aço quihuelmatiz in coçauhqui tlamacazqui, ahnoço, xoxoqui tlamacazqui (tlacopati, yerba piçiete). Y quando van diçiendo estas palabras van midiendo el medio braço hasta que sale la suerte a su voluntad, y saliendo buena, aplican la medicina con que yo formo la suerte
(V, 1 Del sortilegio de las manos, (333) (334))
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(I, 5 De la estacion penitencial que hasian los que hauitauan en los rios y begas, )
§ §
Este embuste que fuera de su pueblo les falta la gracia de adiuinar, tambien se estiende a los demas sortilegios de pedreçuelas, maiz en seco, o en agua, y es la raçon manifiesta, porque como en ellos no ai misterio que la coniectura que haçe el sortilego, segun se informa de las circunstancias, cuio indiçio es mayor entre la gente de quien tiene notiçia, es çierto que errara menos donde tubiere mas ayudas de costa y mejores argumentos para la conjectura.
(V, 2 De otro conjuro para echar suertes, (353))
§ §
(VI, 12 De la supersticion en el echar ventosas con el conjuro magico, )
§ §
Diçiendo el dicho conjuro está apretando y estregando la hinchazon hasta que le pareçe que se ha rebentado o bajado, y con esto da la cura por hecha.
(VI, 10 De la garganta hinchada, (418))
§ §
Consultan a estos los enfermos de dolencias prolixas para saber la causa y remedio dellas, los perdidosos de haçiendas, y aquellos, a quien se les han ausentado sus mugeres, hijos, o esclabos; los que han sido robados, para ver donde hallarán lo que les llebaron, y quien fue el agresor; cossas possibles de conjecturar, y ympossibles de saber del modo que estos professan no interuiniendo pacto con el demonio, por lo qual dixo S. Isidoro lib. 4, Etimolog. sortilegium est quoddam genus culturae idolorunt ex Daemonum consultationibus futura praedicendo. Si ya no es lo que dixo S. Aug. lib. de nat. Dae monum diuinitate enim se esse plenos assimulant, et astutia quadam fraudulenta hominibus futura coniectant, que fingiendose diuinos con astucia y sagacidad diabolica conjeturando de unas cosas otras, engañan y embaucan las gentes fingiendo que saben lo poruenir corno se vera en su lugar.
(V, 0 De los sortilegos y supersticiones de los indios en materia de suerte, (314))
§ §
(V, 2 De otro conjuro para echar suertes, (354))
§ §
Finalmente, es tanta la seguedad, que uienen a querer assentar que la graçia del adiuino la tienen limitada para sus lugares, digo para los pueblos o ciudades donde ellos viuen, o por lo menos la tienen alli mayor que en otras partes, de lo que no dan razon a alguna mas de que esto les sirue de escusa para quando en otros lugares yerran la suerte y el pronostico sale falso.
(V, 2 De otro conjuro para echar suertes, (350))
§ §
Mas lo çierto, dello es que como para hechar la suerte primero se informan de todas las çircunstançias del caso y de las personas en quien se sospecha (y esto eser (¿?) materia de hurtos, porque en lo demas es imposible conuençerles del yerro conforme a su capacidad) mas façil y mas çierto consentiran ayudados del conocimiento de personas, y lugares, que no quando a secas y sin otra ayuda han de pronosticar.
(V, 2 De otro conjuro para echar suertes, (351))
§ §
Solo aduierto que estaba esta vieja tan pagada de la virtud deste falso conjuro, que auiendolo declarado dixo, que con aquello auia descargado su conçiençia, no ocultando cosa de las que Dios le auia comunicado para probecho de los hombres.
(VI, 24 Otro conjuro que suele acompañar las punzadas de aguja, (480))
§ §
Este es todo el misterio de la cura, y todos los demas conjuros de que vsaba esta vieja son los mismos que se refieren en otros lugares y se differençia tan poco, que me pareçio escusado alargar este tratado poniendolos.
(VI, 24 Otro conjuro que suele acompañar las punzadas de aguja, (479))
§ §
Con esto entablan y ligan aunque mal, la parte quebrada, y dan la cura por hecha; y caso que salga auiesa, hechan la culpa al enfermo que nunca falta achaque, como que estubo inquieto, o que entró alguno que le queria mal, o otra superstiçion semejante, porque yamas quieren confesar auer falta en la eficaçia de sus conjuros y encantos.
(VI, 22 Para quebradura de hueso, (464))
§ §
Siempre van apretando con el carcañal hasta que el paçiente sintiendose algo aliuiado canoniza el milgaro de la cura, y ellos quedan mui ufanos atribuiendo el aliuio del enfermo a virtud secreta suia y al conjuro.
(VI, 21 Conjuro, y superstiçion de que vsan para el dolor de lomos, (462))
§ §
(VI, 22 Para quebradura de hueso, )
§ §
Dicho esto, lo emplasta y entabla y liga, y da la cura por hecha: aduierte, para la claridad que llama a la pesadumbre, mohina y desgracia que causó la quebradura del hueso, codorniz macho, porque la tal codorniz, en cualquier alboroto hace çierto ruido con que como alborotando las demas de su manadilla, todas con gran ruido se lebantan derrepente, y assi le diçe causadora de ruido. Hueso del infiemo se puede entender, o por estar dentro de la carne como en entro, o porque por el pacto de las tales magias se lo dedican al demonio, cuyo reyno es en el ynfierno; con esto está declarando este conjuro:
(VI, 22 Para quebradura de hueso, (466))
§ §
A esto acompañaba crueles punçadas y vendia su cura lo mas caro que podía.
(VI, 23 Para los dolores en los huesos de las espaldas, (476))
§ Tlacuel, nomaçacoamecatzintla nican xontlapixto, ma, nen tontlatlaco, mopan nehcozin in moztla. §
Luego habla al cordel atando la quebradura y diçe: Ea tu mi cordel, que eres como la culebra maçacoatl, sirue aqui de guarda y haz bien tu officio, no te descuides que mañana soi contigo.
(VI, 22 Para quebradura de hueso, (468))
§ §
De esto colijo que quando el pulque y borracheras de los indios no causara mas inconuenientes que los que este ynfernal conjuro suppone de las questiones, renzillas, enemistades y bregas de los indios con muchas desgraçias que se les siguen, sedebia poner efficaz remedio y vsar de poder absoluto en prohibirlas y extirparlas de todo punto, pues vemos que ellas, sobre lo dicho, son la total causa de la diminuçion, y lo seran del total acabamiento desta naçion, si no se quitan de todo punto, y en esto ninguno duda de quantos tienen experiençia desta miserable gente, espezialmente si la han tratado familiarmente: boluamos a nuestro intento.
(VI, 22 Para quebradura de hueso, (471))
§ §
(VI, 23 Para los dolores en los huesos de las espaldas, )
§ §
Suçedio al pie de la letra en el pueblo de Comala, deste partido de Atenango, donde auiendo venido Maria Madalena, muger de Baltesar Melchor, vecino de Tazmalacla, la dicha Maria Magdalena echó la suerte sobre vn hurto y por ella imputó el hurto a quien nada sabia del, lo qual resulto venir todo a una noticia, y pressa la sortilega apretada en la confession, confesso el hecho; y sobre auer echado la culpa a quien no la tenia, dixo, que si auia errado no era por defecto del sortilegio, sino por auerle hecho fuera de su pueblo, y probabalo con que auia açertado en su pueblo en los sortilegios que auia hecho sobre vnas tixeras, otro sobre dineros y otros sobre otras cosas hurtadas, y assi mismo sobre enfermedades de niños y sus curas, y no reparó en que auia sido antes pressa por el mismo delicto y que confessaba auer reinçidido sin ser preguntada, solo por abonar la certidumbre del sortilegio. Repreguntada por qué mas auia açertado en su pueblo que fuera del, no supo la raçon, solo dixo que ora no echara suerte fuera de su pueblo si no fuera importunada. De todo lo susodicho fueron testigos Antonio Marquez, veçino de Temazcala, y Antonio Ramirez, españoles.
(V, 2 De otro conjuro para echar suertes, (352))
§ §
(V, 3 Del sortilegio del maiz, )
§ §
Lo mismo es quando pronostican de hurtos o adiuinan sobre quien llebo la hija o la muger agena, porque si hechan la culpa a Joan, y la muger no parece, no ay satisfaçion que baste, y el creido culpante vine en perpetuo desconsuelo, y los offendidos en perpetuo odios del. Para vsar de este sortilegio de las manos en casos de hurtos o ausençias, y de remedios para enfermedades, sirue el mismo conjuro referido, con mudança de algunas palabras que contienen el caso sobre que se hecha la suerte, v. g.: si se hecha la suerte sobre el remedio tendra la enfermedad.
(V, 1 Del sortilegio de las manos, (332))
§ §
) Lo primero desto consta porque para adivinar por las manos no lo hacen por las rayas, costumbre y supersticion de gitanos, sino midiendo el medio braço izquierdo desde el codo a las puntas de los dedos con la mano derecha, tendiendo el palmo por el medio braço, y es la regla para adiuinar salir la medida larga o corta, como si no estubiesse en sola la voluntad del sortilego que mide el salir desigual, o pareja la medida, acortando o alargando el palmo a su voluntad o midiendo por linea recta, o mas o menos tortuosa como se dira en el cap. siguiente. Lo mismo es en la suerte que echan con unas pedreçuelas o maiçes, los quales tiran sobre un lienço que tienden delante de si en el suelo llano, y juzgan la suerte segun cayeron las pedreçuelas o granos, çerca o lexos de sí, no advirtiendo que tirandolas recio yran lexos, y quedaran çerca si se tiran mansamente; estando lo vno y lo otro en la voluntad del que tira.
(V, 0 De los sortilegos y supersticiones de los indios en materia de suerte, (316))
§ §
(V, 1 Del sortilegio de las manos, )
§ §
Pongo en primer lugar este genero de sortilegio por ser el mas vsado de los indios, y de que hiçe mençion en el parágrafo precedente, para cuia intelligencia se ha de aduertir que deste sortilegio se valen para todo genero de difficultades, aora sean dudas presentes o ignorancias passadas, ora sucessos futuros, o no futuros.
(V, 1 Del sortilegio de las manos, (318))
§ §
Por este sortilegio se resueluen que sea la causa de las enfermedades, que será la medicina, o si ninguna aprouechará, quien hiço el hurto, donde se hallará el que se ausento, por que causa o por quien y donde fue, o si volvera y parecera. De manera que bien mirado, sino fuera perjudiçial engaño de Satanas, con solo éste tenian remedio todos los trabaxos, en cuya contra dixo S. Aug. de civitate Dei: pro inde omnis inquisitio, et ontnis curatio, quae adiuinis, et magicis artibus. l. ab. ipsis Daemonibus in idolorum cultura expetitur mors potius est dicendae, quam vita
(V, 1 Del sortilegio de las manos, (319))
§ §
Con lo referido mal se puede negar el expresso pacto con el demonio, en espeçial viendo que por este medio dicen y preuienen cosas imposibles de alcançar por discurso humano, y mas siendo euidente que el salir pareja y desigual la medida, y poniendo yo esta objeccion á algunos destos sortilegos, responden que no es assi, sino que sin poderlo ellos remediar ni preuenir, la mano se alarga, o se acorta y va derecha y se tuerce en la medida; y si ellos dicen verdad en la respuesta, con ella está bien prouado ser expressa obra del demonio.
(V, 1 Del sortilegio de las manos, (328))
§ §
Si acaso pronostica ser causa de la enfermedad el enojo de algun santo, hechan luego suerte sobre el medio de aplacar el santo o santa enojada, porque ese será la cura de la enfermedad, y de ordinario pronostican que le aplacarán haziendole alguna imagen, o si la tienen haziendole algun bestido o velo, y anidiendole algun adorno, y haziendole alguna fiesta, y ninguna cosa de las dichas ha de pasar sin combites y borracheras y muchas ofensas de Dios Ntro. Señor, y consiguientemente del santo que ellos dicen, conque los enfermos empeoraran si la causa y remedio de la enfermedad fuera el que los falsos adiuinos diçen; pero como tienen tan assentado su credito y el enfermo o muere o sana, si sana queda mas fixa la opinion y credito del adiuino, si muere no ay quien le demande el yerro, y con esto se continuan los embustes y engaños y la perdicion de las almas destos miserables, y mas quando el adiuino dice que la causa de la enfermedad es tal y tal persona, por enemistad que le tienen, queda el odio assentado de generaçion a generaçion, y dura el rencor por muchos años sin que baste a dissuadirlos ni aplacarlos razon alguna, ni ser menos, ni aun el negarles la absoluçion en las confessiones, porque se assienta y aflixa (¿?) mas en ellos el credito del falso sortilego que el de los predicadores del euangelio.
(V, 1 Del sortilegio de las manos, (330))
§ §
Cuando de estos sortilegios no se siguiera otro darlo mas del que acabo de referir, como del vso del ololiuhqui y peyote dixe en su tratado, se debia poner toda la diligencia possible en extirpar de todo punto cosa tan perjudiçial de entre christianos, cuya vida y mejora consiste en el amor y caridad; porque çierto es muy gran lastima ver la perdiçion de las almas causada destos odios y rencores naçidos destos falsos pronosticos, y mas si se considera que ninguna diligencia aprouecha para arrancarles del corazon lo que vna vez entró por este medio.
(V, 1 Del sortilegio de las manos, (331))
§ §
Lo otro, assi en estos dos generos de sortilegios como en los demas, tienen sus conjuros, invocaciones, y encantos, con que conjuran y encantan los instrumentos de las suertes como son las manos, los dedos, inuocando sus Dioses gentilicos y encantando las pedreçuelas, o maiçes que tiran como mas largamente se dira en su lugar; en que se echará bien de ver quan en los principios estan de la verdadera religion chripstiana, que tanto aborrece semejantes superstiçiones, por quien dixo S. Aug. libro de doctrina chripstiana: omnes igit artes huiusmodi l. nugatoriae l. noxiae superstitionis ex quadam pestifera societate honinum e Daemonum quasi pacta infidelis, et dalosae amicitiae cionstituta penitus ff. repudiandae et fugiendae chripstiano, y S. Gregorio, contra idolorum cultores ex haruspices, atque sortilegos fraternitatem tuam vehementius pastorali hortamur inuigilare custodia, donde el santo igualó y puso en el mismo grado la idolatria y el sortilegio, y verdaderamente es lo mesmo, pues en el sortilegio se valen del favor del demonio, y muchas veces le invocan, o por lo menos los dioses de su gentilidad, con que debiera poner mucho mayor cuidado del sue oy ay, en extirpar tan mala costumbre. Vengamos pues al hecho
(V, 0 De los sortilegos y supersticiones de los indios en materia de suerte, (317))
§ §
Lo que a mi mas me admira es que siendo como queda dicho precissa essencia de la suerte la contingencia, y estando esto tan asentado que no ay quien lo ignore por barbaro que sea, el tanta la ignorancia de los indios, tienen los entendimientos tan botos, y la luz natural tan ofuscada, que las cosas que dependen de suio del libre aluedrio las tienen por suertes remitiendo a su contingençia la resoluçion de sus dudas, que es lo ultimo a que puede llegar la ceguedad; y a esta añiden que tienen por euidente que la suerte echada sin inuocaçion no surte, ni tiene su debido effecto, de modo que la mayor parte de la adiuinança atribuyen al conjuro, por cuias palabras estan persuadidos que los instrumentos cobran su deuida disposicion.
(V, 0 De los sortilegos y supersticiones de los indios en materia de suerte, (315))
§ §
Hase de aduertir que el suçesso, deste sortilegio pende de todo punto de la voluntad del sortilego, porque si quiere que el maiz se vaya a pique escojelo entero, fresco y maçiço; y si quiere que sobreague buscalo muy antiguo y apolillado.
(V, 6 Del sortilegio del maiz en el agua, (367))
§ §
Deste genero de sortilegio entre otros, vsaban con mayor opinion en el pueblo de Oapan. Magdalena Juana, muger de bon Melchor Gutierrez.
(V, 3 Del sortilegio del maiz, (361))
§ §
Y al paso que ua diçiendo la inuocaçion, corre a toda priesa con la mano en que tiene los mayzes la plaça que tiene hecho con el lienço estendido, llebando la mano por la orilla del lienço sobre los maizes que puso en el, y la inuocacion va dirigida a los maizes y a los dedos de las manos, como atribuyendoles diuinidad; dematando (¿?) las palabras del conjuro, arroja el maiz que tenia en la mano en medio del lienzo, y segun caen los maizes juzga la suerte.
(V, 3 Del sortilegio del maiz, (359))
§ §
La regla que de ordinario tienen en juzgarla, es que si los maizes caen la faz hacia arriba, es buena la suerte, v. gr. sera buena la medicina sobre que se consulta, o parecera la persona o cosa perdida que se busca, y al contrario si los maizes caen la faz haçia abajo.
(V, 3 Del sortilegio del maiz, (360))
§ §
Y a este modo truecan las palabras en todos los casos que vsan del sortilegio, como queda dicho, en el de las manos, solo advierta que llega a tanto la ignorancia y seguedad de estos desdichados, que consultan los tales sortilegos para saber quien es echiçero o brujo, como haçen con el ololiuhqui, y los tales sortilegos son tan atreuidos y sin temor de Dios, que se arrojan a juzgar que lo son, y son creidos como profetas en tan gran perjuicio de la paz y de la salud de sus almas y las agenas, siendo todo el fundamento del açierto el caer los maizes la faz haçia arriba o hazia abajo, y tambien el caer lejos o cerca del que los tira, que lo vno es acaso, y lo segundo libremente lo executa el sortilego, tirando con mas fuerza los mayzes o con menos y menos si quieren que quede mas çerca.
(V, 3 Del sortilegio del maiz, (364))
§ §
Vltimamente vienen a pronosticar quien es el enojado y luego entra el pronostico del remedio para desenojarle, en el qual lo principal que ai que aduertir es que dan por remedio vna idolatria formal, porque si pronostican ser el enojado el fuego, el agua, la tierra, los vientos, las nuues o los dioses monteses, que son como los faunos y satiros de la antigua gentilidad, para amansarlos dan por medio offreçerles sacrifiçio, y assi mandan que el enfermo offrezca inçienso, candelas, ramilletes, lienços y otras cosas, y aun entre ellas comida y bebida al tal dios enojado; v. g.; si el paçiente enfermó en el monte, que ponga en el lugar donde se sintio herido de la enfermedad, offrenda de inçienso &c. a los dioses monteses para que se applaquen; si fue junto al rio, que se ponga su offrenda junto a el; y si en la encrucixada de algun camino, que sacrifiquen alli al dios de aquel portillo donde suele auer alguna piedra que adoran o un montón de piedras donde sacrifican, o adorando el mismo monton de piedras o al dios que piensan que asiste en el; si dijen que es el enojado el fuego, al qual dan la misma veneraçion que a los santos, manda al enfermo que haga el sacrifiçio, al fuego poniendolo en vn curioso brasero sobre el altar y echando mucho inçienzo (de que sirue el copal) y poniendo junto de el muchos ramilletes y candelas, y aunque tal vez no ponen el brasero de fuego sobre el altar, sino sobre la peaña, no es la causa menos veneraçion sino, temor de que no se les queme el oratorio y aun la casa con sus descuidos y borracheras que de ordinario acompañan semejantes sacrifiçios con sus circunstantias, donde en lo vno y en lo otro es tan interesado el demonio.
(V, 1 Del sortilegio de las manos, (344))
§ §
(V, 6 Del sortilegio del maiz en el agua, )
§ §
(V, 2 De otro conjuro para echar suertes, )
§ §
De todos los casos referidos, tengo causas sentençiadas de muchos pueblos de indios donde se ha probado con los mismos complices y con otros testigos auerse hecho semejantes sacrificios, y muchas veçes se han traido las mismas offrendas de los lugares donde las auian puesto, como me sucedio con una sortilega de Atenango, que mandó a un enfermo sacrificarse en un portillo, donde auia sucedido el mal, a vna piedra que estaba en el, y assi truxeron de aquel puesto las velas e inçienço, algodon y tortillas del sacrifiçio, con la piedra a quien se auia hecho; todo lo qual vio el Ilmo. Sr. D. Juan de la Serna, Argobispo de Mexico, y cada dia suceden destos casos.
(V, 1 Del sortilegio de las manos, (345))
§ §
A muchos destos vieron los que oy viuen, como lo afirma el dicho don Baltasar de Aquino y don Diego de S. Matheo, vezinos deste partido de Atenanco, y cierto es verguenza nuestra a quien las obras menos trauajosas y tanto mas prouechosas se nos hazen tan cuesta arriba de que no nos deviera rehazer difficultad alguna.
(I, 4 De la adoracion y sacrificio que hasian en los cerros a los ydolos, y montones de piedras por los caminos que estan señalados hasta hoy, (82))
§ §
En viendo el penitente al dicho cayman [Acuetzpal] saltaua sobre su cuello, y el daua algunas bueltas en rededor por el remolino o remanso del agua, donde luego se zabullia quedando encima el penitente con su calabasso, con el qual el luego se dexaua yr rio abaxo hasta llegar a su pueblo o choza, de donde auia partido para la dicha estacion, sin que se le pusiesse por delante el peligro del cayman, la obscuridad de la noche, el frio del agua, aunque fuesse muy larga la estacion que se le señalaua, que todo le parecia digno de sufrir por ser a sil entender en penitencia y por alcançar mercedes, como si fuessen de quien de veras las pudiessen recibir siendo todo obra del demonio que en el hecho y en las circunstancias del mostraua bien ser todo noche y tinieblas de la ydolatria.
(I, 5 De la estacion penitencial que hasian los que hauitauan en los rios y begas, (84))
§ §
Con que se ve claramente quan lejos estaba de tenerlo por malo, y quanto mas de dejar el vso y exerçiçio del, y todo ello prueba quan superfiçialmente tienen la fe estos miserables, y quan poco instruidos estan en ella.
(VI, 24 Otro conjuro que suele acompañar las punzadas de aguja, (481))
§ §
Diuulgose el susceso en el pueblo, con que los deudos de la india muerta como ignorantes y ciegos, se querellaron del dicho Simon Gomez ante el Alcalde mayor de Acapulco, y fue preso por la dicha querella.
(, (20))
§ §
Como pueda susceder esto dire abajo. Pero quando estos dos casos no nos hagan mucha fuerça, por no ser las personas que los refirieron mayores de toda excepcion, contare otros con testigos que no padecen tacha.
(, (13))
§ §
Esto es lo que deste genero, he podido alcançar, y no he hallado ministro ni otra persona que me de mas razon, ni otra mejor salida a estos casos, y assi lo dejo aqui.
(, (33))
§ §
(I,2 De las idolatrias y abusiones y obseruacion de cosas a que atribuyen diuinidad, especialmente el ololiuhqui, piciete y el peyote, )
§ §
Esto infiero de muchos casos deste genero, como dixe arriba en que amenazando alguno destos indios, tenido por nahualli a otro indio o español, ha suscedido el tal indio ó español amenazado tener despues reyerta en el rio con algun caiman, o en el campo con algun otro animal, y saliendo della el animal herido, o lastimado, han hallado despues al indio, que hizo la amenaza, con las mismas heridas que el caiman o animal saco de la reyerta, estando el tal indio ausente al tiempo della y ocupado en otros exercicios.
(, (32))
§ §
A este tono he sabido otros muchos cassos, que por no alargarme y cansar con cosas de vn genero y recebidas por indubitables en esta tierra, contare muy pocos dellos.
(, (17))
§ §
Antonio Marques, español digno de credito, y que sabe bien la lengua mexicana, me refirio, que auiendo el oydo contar vn cas deste genero, que le auia suscedido en la costa de Acapulco a vn Simon Gomez, español, dudaba de la verdad del susceso, pero encontrando con el dicho Simon Gomez le pregunto si era verdad lo que del se auia referido. A este respondio el dicho Simon Gomez que la verdad era.
(, (18))
§ §
Y diziendole el Religioso ser assi, dijo la india: «pues el morcielago era yo, y quede mui cansada». Oyendo esto el Religioso con admiracion quisso llamar al compañero para que conosciesse la india, y para detenerla le dixo se esperasse, que entraba a sacarle alguna limosna. Entro, y voluiendo con el compañero, ni hallo a la india, ni pudo saber quien fuesse.
(, (16))
§ §
Y porque he dicho del nahualli, dire luego lo que siento, segun lo que colijo de lo que he visto y experimentado.
(, (10))
§ §
Advirtiendo primero que tengo por sin duda, que el tal niño por quien los padres hizieron el pacto con el demonio, despues que llega a vso de razon reitera el pacto, o lo ratifica tacita o expressamente, porque sin esta condicion no es creible que el demonio tenga tanta potestad, especialmente contra baptizado.
(, (34))
§ §
Aquí se advierta de passo, que es lo ordinario tener estas supersticiones e ydolatrias, en los barrios y pueblos que estan en los montes y desiertos apartados de los pueblos principales, como los hemos hallado: yo e bisto la referida india a quien quite los quatro tecomates, les tenia tanto respecto y miedo, que aviendole yo hecho la causa de que ydolatraba en ellos, que para que no los ocultase fue necesario yr yo a su casa con notario, alguazil y testigos, y aviendole hecho conffessar a fuerça de braiços que los tenia y donde, llegado a abrir el chicobite, fue tan grande el miedo que la envistio que no podía abrir el chicobite de medroso y descoyuntada, hasta que llegue a ayudarla, y abierto el chicubite en ninguna manera se atreuia a sacar del los tecomates pareciendole que cometia sacrilegio, hasta que a fuerça de persuasion y amenazas, perdiendo el color y casi desmayada del temor los saco. Y despues parecio auerse desengañado del error en que estaba.
(I,2 De las idolatrias y abusiones y obseruacion de cosas a que atribuyen diuinidad, especialmente el ololiuhqui, piciete y el peyote, (49))
§ §
Este hecho prueua muy bien las grandissimas anssias y diligencias del demonio, en continuacion de aquel su primer peccado, origen de toda soberuia de querer ser semejante a Dios ntro. Señor, pues aun en los misterios de nuestra Redempcion trabaja tanto por imitarle, pues en lo que acabo de referir se vee tan al viuo embidiado y imitado el singularissimo misterio del Santissimo Sacramento del Altar, en el qual recopilando ntro. Señor los beneficios de ntra. Redempcion dispuso que verdaderissimamente le comiessemos, y el demonio, simia, enemigo de todo lo bueno aliña como estos desventurados le coman, o se dexen apoderar del comiendole en aquellos idolillos.
(I, 3 De la adoracion y culto que dan al huauhtli, (68))
§ §
Lo mismo me afirmaron auer suscedido con otro indio y vn cayman, que el indio sin que nadie lo offendiesse, començo a quejarse que le mataban en el rio, yendo al rio hallaron en el vn caiman muerto y luego, al indio muerto, de la misma manera
(, (12))
§ §
Para lo que toca a ydolatrias, aunque las mas tienen principio y rayz en los curanderos y sortilegos, como tambien se a bisto en las provincias del Piru, en este Reyno, se hallan otras aunque no muchas, que son como por ley establecidas, y se guardan al presente.
(I,2 De las idolatrias y abusiones y obseruacion de cosas a que atribuyen diuinidad, especialmente el ololiuhqui, piciete y el peyote, (36))
§ §
Anme referido personas fidedignas, que estando con vn indio, empeço, a dar vozes diziendo: «Ay que me matan, que me corren, que me matan», y preguntandole que dezia? Respondio: «los Vaqueros de tal estancia me matan», y que saliendo al campo fueron al egido de la estancia referida, y hallaron que los Vaqueros della, auian corrido y muerto vn zorro, o Raposa, y voluiendo a ver al indio, lo hallaron muerto. Y si bien me acuerdo con los mismos golpes y heridas que tenia el zorro
(, (11))
§ §
(I,2 De las idolatrias y abusiones y obseruacion de cosas a que atribuyen diuinidad, especialmente el ololiuhqui, piciete y el peyote, )
§ §
El Padre maestro fr. Andres Ximenez, de la orden de S. Domingo, me refirio, que estando dos Padres de su Religion en vna celda, cerca de la noche, entro por vna ventana vn morcielago, mayor mucho que los ordinarios, y que los dos Religiosos anduuieron con el morcielago a las bueltas, tirandole los sombreros y otras cosas, hasta que se les escapó y se fue.
(, (14))
§ §
Que estando pescando en el rio de Cachutepech, que es cerca de Acapulco, de dos hijos que tenia consigo, el vno se subio sobre vn pedrisco, que estaba dentro del rio, donde salio vn cayman y empeço a dar bueltas al pedriscon, como que pretendia coger al muchacho, el qual amedrentado dio vozes al padre, el qual viendo lo que pasaba pidio al otro hijo el arcabuz, y tiró al cayman y lo mató. Y al tiempo que en su casa se oyo la respuesta del arcabuz vna india vieja que estaba alli texiendo entre otras, cayo diciendo: «Simon Gomez me ha muerto». Lo qual oyeron muy bien todas las demas que alli estaban hilando y texiendo, y la muger del dicho Simon Gomez.
(, (19))
§ §
Aueriguose la verdad, y con esto que ausente Simon Gomez, la india dixo que el la mataba, y el conffeso auer muerto al cayman. Viendo el Alcalde mayor la mala prueua de la querella, solto al dicho Simon Gomez, que quando lo referia acababa de salir de la prission
(, (21))
§ §
(I, 9 De otras supersticiones y abusos que en España llaman ahueros, )
§ §
Es tanta la ignorancia o simplicidad de casi todos los indios, y no digo de todos, porque no he corrido toda la tierra, pero poca differencia deve de auer; que segun se entiende todos son facilissimos en persuadirse lo que les quisieren dar a creer. Assi que por su ignorancia tenían, y tienen tan varios Dioses, y modos de adoracion tan differentes, que venido a averiguar el fundamento, y lo que son todos hallamos tan poco de que echan mano como si quissiessemos apretar en el puño el humo o el viento.
(I, 1 Del fundamento de las idolatrias. De la adoracion y culto de diferentes cosas en especial del fuego De los brujos nahuales y como puede ser, (1))
§ §
(I, 1 Del fundamento de las idolatrias. De la adoracion y culto de diferentes cosas en especial del fuego De los brujos nahuales y como puede ser, )
§ §
(I,2 De las idolatrias y abusiones y obseruacion de cosas a que atribuyen diuinidad, especialmente el ololiuhqui, piciete y el peyote, )
§ §
Y que otro dia auia venido a la porteria de aquel convento vna india vieja, y que llamando a vno de los dos Religiosos, le dijo que por que la auia maltratado tanto, que la auia querido matar. Y respondiendole el Religioso si estavia loca, que donde, o como podia ser aquello? Respondio ella preguntando, si era verdad que la noche antes, el y otro Religioso auian maltratado, y tirado muchos golpes a vn morcielago que auia entrado en la celda por vna ventana?
(, (15))
§ §
Y el dia de S. Miguel deste año de seiscientos y veinte y seis, halle en vn cerro la ofrenda acabada de poner, y la huella fresca, del que la pusso, y aunque la siguieron no la pudieron dar alcanse porque la aspereza de la tierra no sufre muncha señal de huellas.
(I,2 De las idolatrias y abusiones y obseruacion de cosas a que atribuyen diuinidad, especialmente el ololiuhqui, piciete y el peyote, (42))
§ §
Pues quando le daban las quatro bueltas a la cabeza, dandole dos de vn lado y dos del otro, le ponian el nombre que auia de tener, el qual era conforme al del dios en que nacia, segun que el demonio pretende que sus sequaçes imiten en su seruicio el modo de los Christianos en el de Dios nuestro Señor.
(I, 1 Del fundamento de las idolatrias. De la adoracion y culto de diferentes cosas en especial del fuego De los brujos nahuales y como puede ser, (6))
§ §
(III, 4 De otro conjuro para la siembra del maiz, )
§ §
Tambien tienen abieso quando elijen a algun moço por gobernador: la primera vez para auerle de dar el cargo, lleuanlo de madrugada al río los ansianos y principales del pueblo y bañanlo como ofresiendoselo al rio, para que le sea fauorable para que en adelante asiente en el cargo que empieça a exercer. Y despues hazen su boda. y lo que peor es, la borrachera, que es donde va ello a parar, como todas sus juntas.
(I,2 De las idolatrias y abusiones y obseruacion de cosas a que atribuyen diuinidad, especialmente el ololiuhqui, piciete y el peyote, (47))
§ §
Estaba, pues, la ofrenda en vn monton de piedras, apartado muy gran trecho de los caminos, y echa en el vna cobacha en que la ofrenda estaba guarecida del sol y del agua. Y aunque despues hize muchas diligencias en los pueblos comarcanos, nunca pude tener rastro del que puso la ofrenda.
(I,2 De las idolatrias y abusiones y obseruacion de cosas a que atribuyen diuinidad, especialmente el ololiuhqui, piciete y el peyote, (43))
§ §
Lo mesmo me testifico el Padre Andres Giron, sacerdote que sabe bien la lengua mexicana, Ministro amigo de indios, y digno de todo credito, y que al presente reside y administra en la comarca de las minas de Tasco.
(, (22))
§ §
Lo que yo he podido saber, es como en el Piru llaman huacas los lugares donde adoran y las cosas que adoran endistintarnente.
(I,2 De las idolatrias y abusiones y obseruacion de cosas a que atribuyen diuinidad, especialmente el ololiuhqui, piciete y el peyote, (37))
§ §
Del modo referido he oydo muchos casos, y assi supponiendo ser ciertos, aunque exquisitos, y fuera de lo que se sabe de otras naciones y gentes acostumbradas a tener pacto con el demonio, examinaremos como pueda ser esto, aduirtiendo primero la astucia de Satanas que la executa en este genero de gente, de manera que vna vez captiuos deste peccado, parece impossible la emmienda, porque lo niegan proteruamente, aunque esten acusados y convencidos hasta que mueren impenitentes.
(, (26))
§ §
Yo juzzo que en esto vltimo se engañaron por lo que tengo referido arriba. Esta causa por remission del alcalde mayor de Acapulco, sentencio el Dr. Joan Cano, cathedratico meritissimo de Prima de leyes en esta ciudad de Mexico condenando a muerte a algunos de los agressores
(, (28))
§ §
Toda esta obra del fuego y agua la encomendaban al sabio que lo tenia por officio, que de ordinario entre ellos tienen nombre Y officio, de medicos, los quales siempre son embusteros, ceremoniaticos, y que pretenden persuadir que son consumados en el saber, pues dan a entender que conoscen lo ausente, y preuienen lo de venidero, lo qual podra ser se lo reuele el demonio, que puede por ciencia, y conjetura preuenir muchos futuros
(, (9))
§ §
Lo cierto es que las mas o casi todas las adoraciones actuales, o acciones idolatricas, que aora hallamos, y a lo que podemos juzgar, son las mesmas que acostumbraban sus antepassados, tienen su rayz y fundamento formal en tener ellos fe que las nubes son Angeles y dioses, capaces de adoracion, y lo mesmo juzgan de los vientos, por lo qual creen que en todas las partes de la tierra habitan como en las lomas, montes, valles, y quebradas. Lo mismo creen de los rios, lagunas, y manantiales, pues a todo lo dicho offrecen cera y encienso, y a lo que mas veneracion dan y casi todos tienen por dios, es el fuego como se vera en el tratado de la idolatria.
(I, 1 Del fundamento de las idolatrias. De la adoracion y culto de diferentes cosas en especial del fuego De los brujos nahuales y como puede ser, (2))
§ §
Suele auer en estos montones de piedra, y en los portillos y encrucijadas de los caminos, algunos ydolos o piedras que tienen semejança de rostros, y a estos va enderezado el intento del que ofrenda pretendiendo que les sea favorable la deidad que creen recide allí, o para que no les susceda mal en el viaje que hazen, o para tener cosecha, o para cosas semejantes, en especial los enfermos por consejo de sus sortilegos medicos que se lo aconsejan, y aun se lo mandan como lo han declarado ante mi, que lleban al río candelas de cera, y a bezes por los enfermos ba el medico, y echa las candelas en el rio, o las lleua a los montes.
(I,2 De las idolatrias y abusiones y obseruacion de cosas a que atribuyen diuinidad, especialmente el ololiuhqui, piciete y el peyote, (46))
§ §
Ponenlo en el aposento de la parida, y alli lo van fomentando, sin que del se saque una brasa hasta el quarto dia, porque creen que si antes sacassen del fuego algunas brasas, le nacerian al recien nacido algunas nubes en los ojos. Y los indios sacaban al quarto dia del aposento al recian nacido, y juntamente al fuego, y dabanle con el quatro bueltas a la cabeza. No he alcançado a saber que oy se haga esto.
(I, 1 Del fundamento de las idolatrias. De la adoracion y culto de diferentes cosas en especial del fuego De los brujos nahuales y como puede ser, (5))
§ §
Para mas claridad entrare en este tratado por lo que hazian con el hombre desde el punto que nacia prosiguiendo con, el hasta su fin y muerte. Es con tanto excesso la veneracion y honra que todos los indios hazen al fuego, que al punto que nacen se enredan en esta supersticion.
(I, 1 Del fundamento de las idolatrias. De la adoracion y culto de diferentes cosas en especial del fuego De los brujos nahuales y como puede ser, (4))
§ §
Pues luego, con toda diligencia, hize traer ante mi a la india dueña del cestoncillo, y puse guardas en casa de vna hermana que tenia en el pueblo, y a dilinquentes pregunte tan apretadamente, y con tan señaladas y particulares señas del cestoncillo, que no lo pudo negar, pero dijo no tenia dentro lo que preguntauan ni otra cosa de consideracion, y que el cestonzillo no se auia mudado de su lugar.
(I, 6 De la supersticion del ololiuhqui, (104))
§ §
Luego que llegue tuue noticia del cestoncillo, que me la dio vna de las familiares; yo por no errar el lance le mande requiriese de nueuo el lugar, pues lo pedia hazer sin nota por ser de la mesma casa, y que viesse si aun tenia dentro el cestoncillo el ololiuhqui y las demas cosas que auia denunciado. Con esto fue a la casa y voluio a mi diziendo que ya la petaquilla no estaua en el lugar que antes, ni en todo el oratorio.
(I, 6 De la supersticion del ololiuhqui, (103))
§ §
Y deste genero e hallado otros muchos en otros pueblos; y para que se entienda lo que importa este auiso dire le que me sucedio en el pueblo de Xoxouhtla que es en las Amilpas, comarca de Cuernabaca. Llame a vn indio don Miguel, principal del pueblo de Teocaltzinco, congregado alli, que auia sido fiscal en el, y en vn breue rato que estubo conmigo en que conffesso que tenia vn ydolo, y la muger lo auia traspuesto. Y colegilo porque luego inmediatamente fui con el dicho indio a su casa, con notario y testigos para ver en que lugar y con que veneracion tenia el ydolo, y para que me le entregasse.
(I,2 De las idolatrias y abusiones y obseruacion de cosas a que atribuyen diuinidad, especialmente el ololiuhqui, piciete y el peyote, (58))
§ §
Y el indio fue derecho al apossento y ceston de llaue donde lo tenia, y no hallandolo alli salio donde la muger estaua y le dixo entre dientes, como ya me auia declarado tenia el dicho ydolo que lo sacasse, y yo constreñi a la india dixesse donde lo auia escondido, ella se fue a vn gran monton de calabaças que estaua partiendo, y de en medio de ellas le saco en un plato de barniz negro y con el otros dos idolos con muchas ajorcas y juguetes, quales se suelen poner a los niños por adorno, si bien el barniz negro del plato en que estauan manifestaua bien el mal estalaxe de los que en aquellos ydolos eran reuerenciados. A cada vno destos tres ydolos se le atribuya vn efecto, como acrecentar las sementeras, la hacienda, &c.
(I,2 De las idolatrias y abusiones y obseruacion de cosas a que atribuyen diuinidad, especialmente el ololiuhqui, piciete y el peyote, (59))
§ §
En el pueblo de Tasmalaca, me sucedio, que aviendo cogido de improviso a vn Miguel de Escobar, cantor de la iglesia en el choro della, me conffesso tenia en su casa vn ydolo, como yo se lo auia averiguado. Yo encerre al dicho indio luego porque no diesse orden de ocultar el dicho ydolo mientras se llegaua a su casa, a donde fui con toda diligencia y enderece a su oratorio, donde mientras pregunte a su suegra donde estaua vna piedra blanca que su hijo me auia conffessado tenia la muger del dicho Miguel de Escobar, auia sacado tres ydolos que tenia dejando sola vna piedra blanca.
(I,2 De las idolatrias y abusiones y obseruacion de cosas a que atribuyen diuinidad, especialmente el ololiuhqui, piciete y el peyote, (60))
§ §
Remitiome la vieja a la hija, y la hija negaua proteruamente; pero fue Dios seruido que en sus ademanes eche de ver que tenia consigo lo que negaua: hize a los ministros que la requisiessen; y auialos ya la india cubierto con su faja donde los hallaron, la qual los auia apartado de la otra piedra blanca que el marido adoraua, porque el marido solo auia heredado de sus antepassados la dicha piedra y ella los tres ydolos.
(I,2 De las idolatrias y abusiones y obseruacion de cosas a que atribuyen diuinidad, especialmente el ololiuhqui, piciete y el peyote, (61))
§ §
De aqui colijiran los ministros la sagazidad que es menester con esta gente, porque ni temor de Dios, ni juramento ni otra cosa, es parte con los indios para que conffiessen la verdad, sino que han de estar antes convencidos, para que por via de temor conffiessen, porque no se halla otro camino para con ellos, ó como dizen han de ser coxidos con el hurto en las manos para que no puedan negarlo.
(I,2 De las idolatrias y abusiones y obseruacion de cosas a que atribuyen diuinidad, especialmente el ololiuhqui, piciete y el peyote, (62))
§ §
Al que auiendo llegado al remanso del agua señalado no se le mostraua el cayman, contentauase con auer llegado, y en cumplimiento de su penitencia se arrojaua al agua con su calabaço, dexandosse yr rio abajo hasta llegar a su pueblo o puesto, de donde auia salido para la dicha Penitencia.
(I, 5 De la estacion penitencial que hasian los que hauitauan en los rios y begas, (86))
§ §
Edificaronme estas raçones y se me ymprimieron en el alma quasi stilo ferreo, y assi con aber mas de un año, se me representaron á este punto, y las puse aqui por poderse aprouechar de ellas los predicadores destas gentes.
(I, 5 De la estacion penitencial que hasian los que hauitauan en los rios y begas, (91))
§ §
(I, 3 De la adoracion y culto que dan al huauhtli, )
§ §
Para que en estos casos aya mas acierto, se advierta que en sabiendo los indios que se trata de semejante pesquiza, los que tienen estas cosas luego las ocultan debajo de las peañas de los altarcillos de sus oratorios, o detras de los retablos, o sobre el cielo o palio del mismo altar de suerte que no se echa de ver.
(I,2 De las idolatrias y abusiones y obseruacion de cosas a que atribuyen diuinidad, especialmente el ololiuhqui, piciete y el peyote, (54))
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Para que se advierta quan sobre auiso conviene andar en esta materia, referire otro caso: en el pueblo de Cuetlaxxochitla, tenia vna india vn cestoncillo con esta supersticion del ololiuhqui, y tubo no se que disencion con los de su casa, y poco despues llegue yo al pueblo que por ser de mi beneficio le pudiera a la india escusar el rezelo.
(I, 6 De la supersticion del ololiuhqui, (102))
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Este genero de ydolatria he aueriguado ser tan general, que tengo por cierto que ninguna generacion de indios se escapa del, en especial en los pueblos que estan remotos y apartados de los ministros de doctrina y de justicia: se aclaro y mucho mas al pasto que ay menos gente, por tener menos de quien recelarse, que si por algun caso saben que ay alguno que no sea de los comprendidos, y mas si es forastero, andan con cuidado y sobre aviso, y se encierran y ponen guarda para que ni aun a la puerta,de sus consultas pueda llegar, porque no nos pueda dar noticia dellos.
(I, 4 De la adoracion y sacrificio que hasian en los cerros a los ydolos, y montones de piedras por los caminos que estan señalados hasta hoy, (69))
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Y aunque la trahen de ordinario consigo, suelen empero temerosos de ser cogidos, esconderla en los bastos, en los coxinicos, coraças de las sillas en que de ordinario andan y en otras partes.
(I, 8 De otras supersticiones y abusos de los indios, (138))
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Algo duro parece de creer lo del cayman, pero como todo era obra del demonio, a quien esto es facil, puede creerse, que esto v mucho mas haria por ganar, o por mejor dezir, por perder vn alma de que tantas ansias padece.
(I, 5 De la estacion penitencial que hasian los que hauitauan en los rios y begas, (85))
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Donde mas manifiestamente ay formal ydolatria, es al fin de las aguas, con las primicias de una semilla menuda mas que mostaça, que llaman huautli, porque tambien el demonio quiere que le ofrezcan primicias: es pues esta semilla mas temprana, endurece y sasonarse que otra ninguna, y assi la cojen quando el mayz que llaman temprano o nemesina empieça a espigar, que en tierras calientes suscede en dos messes: desta semilla hazen vna beuida como poleadas para bouerla fria, y hazen tambien vnos bollos, que en la lengua llaman tzoalli, y estos comen cossidos al modo de sus tortillas. Ya ydolatria esta en que accion de gracias de que se aya saconado, de lo primero que coxen bien molido y amasado, hazen vnos ydolos de figura humana de tamaño de vna quarta de vara poco mas o menos; para el dia que los forman tienen preparado mucho de su vino, y en estando hechos los ydolos y cossidos los ponen en sus oratorios, como si colocaran alguna ymagen, y poniendoles candelas y encienso les ofrescen entre sus ramilletes del vino preparado para la dedicacion, o en los tecomatillos supersticiosos arriba referidos, o si no los tienen en otros escogidos / Empero los dueños de los idolillos, los guardan con cuidado para el dia siguiente, en el qual juntos los de la fiesta en el dicho oratorio, repartiendo los idolillos a pedaços como por reliquias se los comen entre todos.
(I, 3 De la adoracion y culto que dan al huauhtli, (65) (66) (67))
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Quando algun viejo que es como cabeça de linage a tomado por abogado al ololiuhqui o al peyote, o algun idolo, le hazen el cestoncillo el mas curioso que pueden, donde lo guardan, y dentro del van poniendo lo que le ofrecen como es yncienso, algunos pañitos labrados, vestiditos de niñas, y otras cosas a este tono, y tienesse aquello en tanta custodia y veneracion que nadie se atreve a abrir la petaquilla, y mucho menos a la ofrenda que esta dentro, ni al ololiuhqui, peyote o idolo, aunque a los idolos veneran mucho mas. Deste sestoncillo con lo que tiene dentro son herederos los hijos y desendientes, sin que en ello se atreua ninguno de la generacion a descuidarse, y es en tanta manera, que si suscede acabarse la generacion de los que les pertenescia la guarda de tal cestoncillo, a los quales llaman en mexicano ytlàpial que quiere dezir los que tienen obligacion de guardar la tal cosa
(I,2 De las idolatrias y abusiones y obseruacion de cosas a que atribuyen diuinidad, especialmente el ololiuhqui, piciete y el peyote, (51))
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Pero siendo agora tanta la excelencia de la fe, honra y tesoro de la diuinidad de Dios, para tanto bien nuestro, y que casi tropeçamos con ello, parece que por huyr del bien nos desbarrancamos a sabiendas, cosa digna de admirar, escandalo y de muy gran pesadumbre, porque de verdad os digo que es muy grande en nosotros esta culpa y offensa de Dios, ante su diuina magestad».
(I, 5 De la estacion penitencial que hasian los que hauitauan en los rios y begas, (90))
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Y destos lugares los he sacado yo quando los diliquentes no tienen mas lugar para ocultarlos, pero si tienen algun mas lugar, casi es imposible hallar lo que ocultan, porque facilmente, o encierran el ceston, o lo ponen en lugar donde no pueda ser hallado, como se a visto en el Piru, donde ocultan en cobachas y debaxo de tierra los idolos que llaman Huacas y los cuerpos de sus antepassados que tambien los adoran.
(I,2 De las idolatrias y abusiones y obseruacion de cosas a que atribuyen diuinidad, especialmente el ololiuhqui, piciete y el peyote, (55))
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Aqui se deue notar la diligencia y sagazidad que se requier en el juez, que tratare de hallar y castigar estos delitos y extirparlos, porque que diligencias no haría la india referida, y las semejantes, por ocultar lo que tanto estiman y veneran, pues casi quedo muerta de sacar los tecomates del ceston o chicubite en que los tenia, y assi sera buen consejo, en teniendo noticia de semejante cosa, no perderla de vista hasta darle fin, y estar en el lugar donde la tal cosa se guarda, primero que el delinquente ymagine que de tal cosa se trata, porque sin esto todas las demas diligencias seran vanas, porque no hallandolos con el hurto en las manos como disen, primero se dejaran hazer pedaços, que conffessar el delito con que quedaran mas obstinados y mas causas. Del genero referido en el Nº 4 antecedente halle otra india en vn pueblo llamado Cuetlaxxochitlan, que tenia
Fuente:
1629 Alarcón
Notas:
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