208. ¿Qué comeremos, amigos nuestros? ¿Con qué hemos de alegrarnos? ¿Dónde nace nuestro canto, dónde nacen nuestros atabales? Me angustio en la tierra. ¿Dónde vive Él? ¡Que se entrelace la amistad, que se entrelace la comunidad! ¿En el lugar de los atabales acaso he de venir a salir? ¿Acaso todavía he de venir a elevar el canto? Sólo así ha de ser aquí. Quizá ya aquí, en alguna parte, aquí donde está la niebla, la sombra, me he de ofrecer. Confiemos, corazón mío. ¿Acaso es nuestra casa aquí en la tierra? Sólo sufro, donde está la aflicción vivimos. ¿Dónde iré a tomar [lo que es nuestro sustento], dónde iré a pedirlo? ¿Acaso como flor una vez más lo sembraré? ± ¿Acaso lo que da sustento otra vez sembraré? ¿Mi padre, mi madre acaso aún [14r=] darán frutos tiernos, vendrán a dar mazorcas dobles en la tierra? por esto lloro, nadie se ocupa de los demás, nos dejaron huérfanos en la tierra. Sólo se yergue el camino de la Región de la muerte, el camino al Mictlan, al Temoayan, al Ximoayan.ccxxxi ¿Acaso en verdad aún se vive en Quenonamican? ¿Acaso lo cree nuestro corazón? Sólo en arca, en cofre esconde a la gente, la envuelve, el Dador de la vida. ¿Acaso allá los veré, su rostro contemplaré, de mi madre, de mi padre? ¿Acaso vendrán a darme su canto, su palabra, que yo echo de menos? Nadie se ocupa de los demás, nos dejaron huérfanos.